ESCUELA: Textos de fundación. 1996. ELM

ELM

Es urgente que los lacanianos se reagrupen en una unidad que los represente en el campo social. Esta necesidad se hace sentir en Montreal desde hace mucho tiempo. Mucha energía se ha orientado ya en este sentido desde hace un cierto número de años: François Péraldi, RSI, Red de carteles, Cirque, Giffric y Clef sobretodo.

Se revela necesario que algunos decidan dar cabida a una nueva aventura, la de una "escuela lacaniana de psicoanálisis".

Algunas personas decidieron ocupar este lugar por un tiempo dado, un año o más si es necesario.

Nosotros, los abajo firmantes, pensamos que sería tiempo de ir hasta el final de este camino y de fundar por fin la Escuela Lacaniana de Montreal, (ELM). Hemos convenido lanzar un debate que concretizará la forma y los objetivos de esta escuela, y que se abrirá sobre los puntos siguientes:

- Una empresa centrada por el texto y esencialmente por "el texto" de Freud y de Lacan. El uno inventó la cura por la palabra, el otro articuló en ella, las fases capitales hasta promover el camino para hacer existir "del psicoanalista".

No queremos depender de los clivages nacidos de la división entre la enseñanza de Lacan y la herencia de Freud estimando que en Montreal las apuestas son diferentes.

- El Pase existirá en nuestra escuela. No será obligatorio, dejado a la discreción de cada uno, no sería en ningún caso necesario para el reconocimiento institucional.

- El candidato al Pase encontrará su jurado en otras escuelas. ¿Por qué no recibiríamos nosotros del exterior nuestro propio mensaje invertido si es del inconsciente que se trata?

- Esta transmisión reconocida del paso del “acto analítico” firmaría el lazo ético, más allá de toda rivalidad imaginaria, que conecta a los poseedores del discurso analítico, sin ninguna necesidad de hacer Internacional.

- La pregunta por el reconocimiento del estatus del analista se hará en el marco de una mutualidad donde el postulante reconocería a la escuela como marco de su ejercicio, al mismo tiempo que ella lo reconocería como analista, según criterios a precisar por un foro.

Va de una restauración de lo que no temeremos llamar dignidad humana, cuando se admite que se funda en la falla en el ser de cada uno, cuando debe enfrentarse a lo que lo diferencia sexualmente. Esta verdad tan sensible en la invención lacaniana del Pase se mantendrá, como nuestra piedra angular, para la experiencia que ésta impone a cada uno.

Otoño 1996

Karim Jbeili, J.P. Gilson, Martin Pigeon, Maxime-Olivier Moutier, Julie Bellavance, Guy-Robert Saint-Arnaud

16/04/2009

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